Piedras Blancas. Andrea Álvarez Iglesias |
Caminabas -tranquilo- bajo la tormenta
que comenzaba en tus
ojos
y terminaba en alta
mar.
Coloreabas de gris el
lugar de donde vengo,
aquel pueblo costero en el que
las tormentas de verano
llegan sin él;
donde la mar golpea las
rocas,
las baña
y nos empapa.
Tus ojos a veces eran verdes
-ya
no estás-
y otras azules
-no estás.
Con un pincel dibujo
huellas en mis calles
de arena,
-para que no vengas-
y una sonrisa en el aire
-para que al finme encuentres-.